Se delimita la zona de sustracción mediante cuadrantes.

Se analizan los árboles a sustraer, no más de 1 o 2 por hectárea, estos deben cubrir ciertas características esenciales como no ser árboles jóvenes, no ser especies protegidas, no deben ser semilleros y no deben tener fauna viviendo en ellos.

“LA PODA”, al sustraer el árbol previamente seleccionado quitamos cerca de 50 metros de sombra, lo que da paso a los rallos del sol, permitiendo la fotosíntesis. Esto provoca que en donde habitaba un árbol grande empiecen a crecer de 4 a 8 árboles pequeños que reciben la luz del sol necesaria para su desarrollo.

Los troncos se trasladan al aserradero donde se transforman en tablas y se les da el proceso de secado específico dependiendo de la especie y su uso final.

Se clasifican, se empaquetan y se envían a su destino final.